Cinco productos difíciles de reciclar
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Actualidad Por Inés Calero (Becaria Lab RTVE.es)

Cinco productos difíciles de reciclar

Reciclar sólo es el primer paso para lograr reducir residuos. Pero hay objetos que son muy difíciles de reciclar, como los pañales o las capsulas de café. Lee las alternativas en estas seis claves.
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La solución: optar por bolsas de tela o papel

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¿Las bolsas de plástico?

Son el producto más difícil de reciclar. Las bolsas de plástico tienen ya los días contados: quedarán prohibidas en España a partir del 1 de enero del 2020. Mientras, suponen un gran problema para el medio ambiente. Sólo el 35% de ellas se depositan en el contenedor amarillo para su reciclaje y, por si solas, tardan hasta 500 años en descomponerse. El problema con el reciclado de estas bolsas es que al ser tan ligeras tienden a dispersarse como basura transportada por el aire, se escapan y acaban en cualquier parte. Además cuando se fragmentan son ingeridas por algunos animales. ¿Cuál es la alternativa? Reducir su uso y optar por bolsas de tela o de papel.

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¿Pañales y compresas?

Los pañales son difíciles de reciclar por dos razones: por un lado, están hechos con diferentes tipos de plásticos y, por otro, contienen residuos orgánicos, lo que dificulta su separación. La alternativa son los pañales de tela: al ser lavables y reutilizables reducen exponencialmente su impacto en el medio ambiente. Una nueva opción son los pañales reciclados, después de que a finales de octubre se inauguró en Italia la primera planta de reciclaje de pañales del mundo y ya se han empezado a comercializar. 

El mismo problema suponen las compresas y los tampones. ¿La alternativa?Las compresas de tela, lavables y reutilizables, y la copa menstrual, una alternativa sostenible y económica pues su resistencia permite utilizarla durante 10 años. 

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¿Las cápsulas de café?

España es el tercer país del mundo con más consumidores de cápsulas minidosis de café, sólo por detrás de EE.UU. e Italia. Estos envases tienen un problema: sus materiales no son biodegradables. Cada cápsula de seis gramos de café requiere otros tres gramos de envoltorio, que en su mayoría son aluminio y plástico que no se recicla o que se tira en el contenedor equivocado. Eso sin contar el cartón o plástico del envase que las resguarda .

Cada minuto se tiran 13.500 cápsulas de aluminio y plástico al cubo de residuos orgánicos. Es decir, en un año, hay más de 7 mil millones de cápsulas que tardarán al menos un siglo en reciclarse en forma natural. Para reciclarlas, Nespresso, la principal compañía mundial de venta de monodosis, cuenta con más de 900 puntos en España donde se pueden depositar las cápsulas usadas. ¿La alternativa? Cada vez hay más empresas que venden cápsulas biodegradables, fabricadas con fibras vegetales, o las cápsulas recargables. Además, siempre puedes utilizar la cafetera italiana de toda la vida

Para todos los públicos El escarabajo verde - Envases que dejan huella - Ver ahora
Transcripción completa

Hasta esta planta de tratamiento de residuos

en Barcelona llegan cada día toneladas de envases,

muchos de ellos de origen doméstico.

Habéis acertado, empieza "El escarabajo verde".

Esos envases nos facilitan la vida. Nos permiten, por ejemplo,

hacer la compra en tiempo récord, cómodamente,

o conservar los alimentos en buen estado durante más tiempo.

Pero estos hábitos de consumo tienen consecuencias nefastas

para el entorno.

Con cada compra dejamos una estela de desechos

a menudo difíciles de gestionar.

Algunos de ellos, los de origen plástico,

tardan además siglos en biodegradarse,

sin olvidar que se elaboran a partir del petróleo,

recurso no renovable con un enorme impacto medioambiental.

Hemos enviado a la periodista del programa Carme Nicolás

a hacer la compra semanal pero no para que nos llene la nevera

sino para que compruebe si realmente sea envasa de manera exagerada.

Algo de fruta, un poco de verdura,

cuatro cosas más para la despensa y una montaña de bolsas y de envases

que, tal como entran en casa, se irán directos al contenedor.

¿Realmente es necesario envasar tanto?

Y en todo caso, ¿por qué no se hacen envases reutilizables

y al menos así se podrían aprovechar?

Esto mismo se planteó hace tiempo Marion,

una francesa con una gran conciencia medioambiental.

Hace un año decidió comprobar si era posible vivir sin envases

de un solo uso y, desde entonces, los ha reducido

a la mínima expresión.

A pesar de que éramos una familia bastante ecológica,

teníamos una cantidad de envases tremenda.

Empezamos a mirar cuáles eran.

Nos dijimos que nuestro impacto era, realmente, mucho más grande

de lo que pensábamos a pesar de que la que comida que comprábamos

era ecológica, local, etc. Pero estaba envasada o sobre envasada

muchas veces.

Empezamos a decir que seríamos más coherentes

si no generáramos residuos.

¿Cómo lo consigue? ¿Qué compra? ¿Dónde? ¿Y cómo se organiza?

Le pedimos que se grabe y que nos muestre también

de dónde saca las ideas. Vamos a ello.

Uno de los ejemplos que me ha inspirado mucho,

es el ejemplo de Bea Johnson,

que tiene un blog que se llama "Zero waste home"

y ella realmente lleva seis años generando muy pocos residuos.

También hay otra americana que se llama Loren Singer

que vive en Nueva York. Empezó a hacer su pasta dental sola,

a encontrar alternativas para la cosmética, para la comida,

también en temas de detergente, de limpieza, de hogar y todo eso.

Y empezó a vivir sin residuos.

Sin embargo, la realidad se acaba imponiendo.

Prescindir de envoltorios y llevar una vida sin generar residuos

requiere concienciación pero también esfuerzo, ganas y tiempo,

algo de lo que la mayoría andamos escasos

y que solucionamos abasteciéndonos en el supermercado.

Disculpe, ¿le importa enseñarnos qué lleva en el carro de la compra?

El 70% de nuestras cestas las llenamos aquí,

donde casi todo está empaquetado para que compremos en tiempo récord.

El papel del sector de la distribución es pues crucial

para poner freno al despilfarro de materiales,

energía y recursos que ello comporta.

¿Están tomando algún tipo de medidas para reducir envases

y reducir materiales?

Sin duda.

Estamos tomando medidas en el sentido de ecodiseñar mejor

los productos.

Tenemos que intentar que esos envases

sean el mínimo imprescindible para hacer su función,

que es la estanqueidad del producto y la de la seguridad alimentaria

y poco más.

¿Y con el tema de las bolsas de plástico, por ejemplo?

Se penaliza al cliente que pide una bolsa de plástico

en el supermercado. Pero, sin embargo, en la frutería a granel

se suministran estas bolsas de plástico.

Parece un poco una incongruencia.

Bueno, efectivamente, mirado así lo pude parecer,

pero hay que mirarlo también cruzándolo con los datos de volumen.

La parte de la fruta es una parte muy pequeña y es,

desde mi punto de vista, poco evitable.

Lo que podemos hacer es intentar sustituirlo

y en eso estamos trabajando, para que sean lo más livianas posibles,

lo menos agresivas posibles,

que puedan tener su componente de reutilización

de los materiales, pero es una parte realmente pequeña.

En cuestión de embalajes, el plástico gana la partida.

Casi la mitad de lo que se produce en España

se destina al sector del envase.

Esta cadena de supermercados hace gala de haber reducido

en 2000 t sus emisiones de CO2 desde que ha sustituido el plástico

en algunos embalajes de su marca propia.

Desde las grandes superficies, en la mayoría hay una apuesta clara

por las marcas, que son precisamente las que,

en muchos casos, sobre envasan, sobre empaquetan

a menudo de manera innecesaria.

¿Qué grado de responsabilidad cree usted que tienen

en este impacto medioambiental?

¿De quién es la responsabilidad?

¿A quién le ponemos el cascabel para poder decir

"usted es el responsable y debe hacerse cargo"?

Como decía antes es un problema complejo.

La responsabilidad es una responsabilidad muy repartida

y las marcas, los fabricantes, los distribuidores,

nos vamos adecuando a las demandas de la sociedad.

Yo creo que es la demanda la que debe cambiar.

Es decir, el consumidor debe ser el que nos obligue a los distribuidores

y a las marcas a prescindir de envases superfluos

porque sino, no nos va a comprar.

Y tenemos, como decía antes, que educar a ese consumidor.

Pepe Torquemada lidera un equipo de profesionales del packaging.

Entre otros cometidos,

diseña los envases de 150 marcas de productos de gran consumo,

es decir, de alimentación, hogar e higiene.

Apenas el 5% de los productos del supermercado

lleva una campaña publicitaria asociada,

así que la inmensa mayoría se tienen que vender por sí solos

al consumidor.

La competición en el lineal es como la fórmula uno.

La parrilla de la fórmula uno, donde están todos saliendo,

quemando ruedas y peleándose para ver quien se pone primero,

eso es un lineal. Y ese momento no se puede perder.

El envase es casi el que decide.

¿A ustedes el cliente les marca el material del envase?

A veces sí y a veces no.

¿Por qué material suelen optar?

Te voy a ser muy sincero. Nosotros optamos primero,

nuestra primera reflexión, es cómo vamos a llegar mejor al consumidor.

Una vez que hemos decidido eso, buscamos la forma de llegar

de la manera menos costosa en términos de producción

y también con menos impacto medioambiental.

En todos los proyectos es un tema que se toca, en todos los briefings.

En algunos tiene un peso muy grande, afortunadamente,

y en otros un peso muy pequeño.

Hay una conciencia seria por parte de los fabricantes

y por parte de la distribución también.

Y el consumidor, además, lo valora.

El consumidor lo que no quiere es el envase innecesario,

eso que acumula.

Pepe nos explica que los sectores de alimentación y droguería

representan el 85% de los productos envasados que hay en el mercado.

La industria subraya la función esencial del packaging

para evitar que los productos se estropeen.

Pero exponemos nuestras dudas ante muchos de los envoltorios superfluos

que encontramos en los comercios.

¿Quién decide este sobre embalaje?

El sobre envase existe, existe porque, a veces,

tú coges una caja de cereales y cuando la abres,

realmente, piensas que con la mitad bastaría.

El problema que tienes es que la bolsa de cereales

tiene que contener aire.

Si no tiene aire y lo llenas del todo,

el cereal se parte y llegaría a casa polvo de cereal.

Ese aire hace que no se rompa.

El sobre embalaje tiene siempre unos aspectos técnicos

que lo suelen llevar a cabo.

Nadie quiere poner un blíster si no es necesario.

Si se pone un blíster, muchas veces, es para evitar robos.

En un proyecto que tenemos, por ejemplo, de perfumería,

se han quitado todos los blísters y ha subido muchísimo

el índice de robos.

Pero sí quiero dejar súper claro

que el packaging no es el malo de la película,

que las marcas no son las malas de la película,

las marcas generan muchísimo empleo,

la distribución no es la mala de la película,

tambiéngenera muchísimo empleo y nos pone los productos

cerca de casa para que los podamos comprar.

Lo que hay es una conciencia por parte de todos

cada vez más rigurosa.

-Aquí son todo botes de cristal, sobre todo la caja del té, el café,

las legumbres, la pasta.

Vivir sin envases para mí ha sido un cambio.

Me he tenido que ajustar pero, realmente,

no creo que mi vida sea más complicada hoy

ni mi manera de ir a la compra más complicada hoy que antes.

El tema de la compra ha consistido en, poco a poco,

ir encontrando los sitios donde podía comprar a granel

porque era mi objetivo.

Nuestro objetivo era encontrar tiendas a granel.

Tenemos una red de tres, cuatro casi cinco tiendas

cerca de casa donde encontramos el 80% de lo que necesitamos.

Tengo una bolsa y dentro tengo mis bolsas de tela, mis botes.

Cuando voy a la compra lo tengo todo preparado.

Comprar a granel o a peso, como se ha hecho toda la vida,

requiere, hoy en día, un esfuerzo extra por parte del consumidor.

La emprendedora Judith Vidal nos asegura, sin embargo,

que cada vez existe más sensibilización

y lo demuestra poniendo como ejemplo su propio negocio.

Empezó con una pequeña tienda de venta a granel

y, en cuatro años, lo ha convertido en una cadena de 12 supermercados

repartidos por toda España.

Me parecía que era el momento de acabar con el plástico,

que básicamente es lo que más volumen ocupa

y lo que más generamos y lo que es más difícil de reciclar,

es imposible.

Lo importante es la comida que hay dentro de ese paquete

y el residuo nos lo podemos ahorrar perfectamente comprando a peso.

Aquí ofrecéis un tipo de producto sin marca.

¿Cómo responde a este tipo de producto el consumidor?

Poco a poco, a medida que va probando,

va olvidándose de la marca.

Al principio quizás sí le cuesta, porque, normalmente,

el cliente es muy fiel a determinadas marcas.

Pero, como apostamos por la calidad del producto,

a la que prueban el producto, entonces ya se decantan.

Los clientes pueden traer su propio envase

o utilizar los de cristal o papel que les ofrecen aquí.

La información del producto relativa a su caducidad u origen

se detalla en cada contenedor.

Cumplen al dedo con todas las normativas de higiene

y de seguridad alimentaria que les marcan.

Sin embargo, Judith lamenta que las administraciones

no allanen el camino hacia este consumo más responsable.

Evidentemente,

hay una responsabilidad por parte de los organismos encargados

de normalizar,

pero si el cliente final acaba consumiendo sin residuos,

se van a tener que adaptar todas estas normativas y producciones.

Aproximadamente, una cuarta parte de los residuos de envases

que se generan en España son de plástico.

Abordamos la cuestión

con el presidente del Instituto Español del Envase y Embalaje

mientras visitamos las instalaciones de una empresa de embalaje flexible

que acaba de invertir 3 millones y medio de euros

en mejoras ambientales.

Con las 12.000 toneladas de film plástico que manejan,

fabrican lo que llaman una nueva piel para el alimento

gracias a la cual, enfatizan, se reduce considerablemente

el despilfarro alimentario.

Vamos a ver, un producto, por ejemplo

¿cuánto tiempo duraría una galleta? Del horno a la mesa y punto.

¿Y eso sin plástico no es posible?

¿No hay materiales que puedan sustituir al plástico?

No. No.

Categóricamente. Categóricamente. En este momento no.

La mitad de los envases que se producen en España actualmente

son de plástico.

Ustedes tienen una parte muy importante de responsabilidad

del impacto de todo este plástico en el medio ambiente.

¿Cómo están encarando este problema? ¿Qué medidas están tomando?

Pensad que cuando empezamos a trabajar aluminio

trabajábamos con 10 micras, 27 g y, en este momento,

podemos hablar de seis micras, que es prácticamente el 50% del peso

que teníamos en aquella época.

¿Puede reducir aún más esto?

¿Es posible un envase con impacto medioambiental nulo?

Yo creo que no, nulo no.

Sin embargo se sigue sobre embalándolo.

Vamos al supermercado a comprar una bolsa de magdalenas

y nos encontramos cada magdalena envasada individualmente.

- Esta envasada individualmente pero con un embalaje muy fino,

con muy poco material.

Y luego, todo esto está en un embalaje externo.

Por lo tanto, ha de durar más en casa.

Este embalaje individual se está haciendo para proteger

el producto hasta que llegue al final.

Y se está consumiendo menos de todo, de producto alimenticio y de...

¿Y esto no se podría solucionar haciendo paquetes de magdalenas

más pequeños? Ya se hacen también.

El problema, hoy en día, reside, sobre todo,

en la cantidad de envases de usar y tirar que llevamos a casa.

En todo caso, ¿por qué no hay una apuesta firme

por hacer envases que puedan ser reutilizables?

El concepto de ecológico es muy delicado.

Tocas por un lado y se te pierde por el otro.

Es como los envases de vidrio,

está muy bien que haya

muchos productos,

el agua mineral de calidad,

va en envases de vidrio, pero luego hay que lavarlo,

para ello gastas energía, agua, que también tendrá que reciclarse,

y tiempo, recogerlo con capacidad de transporte para recogerlo...

Es decir, hay que tener en cuenta que el consumo más grande que hay

es el consumo de transporte.

La gasolina o el diesel que se gasta en el transporte.

Hay que ver estos equilibrios y es un equilibrio que hay

que saber muy bien cuál es mejor y cuál peor.

Pero quizás, la materia prima, en este caso el plástico,

proviene del petróleo.

Sí, pero, precisamente es por esto,

pienso que el consumo del petróleo tendría que ser menos

para el transporte, para la gasolina y todo esto,

y más como materia prima de productos

que, si se acaba el petróleo, porque lo hemos quemado,

no habrá luego plásticos.

(Música)

-Igual, dentro de 200 años seguiremos usando tanto plástico

pero, cuando vemos las consecuencias de todos los envases,

habrá un momento en el que no vamos a poder seguir así.

-Ahora les vamos a presentar a Peque.

-Hola, Peque.

-Ahora os voy a enseñar mi basura de envases de los 10 últimos días.

Empezamos a mirar a dónde iba esta basura,

cómo acaba el tema del plástico, del reciclaje.

Y nos dimos cuenta que el mejor residuo

era el que no estaba producido.

Yo creo que la primera fase, para nosotros, ha sido el rechazar,

aunque parezca un poco negativo, pero rechazar, sobre todo decir,

¿realmente necesito esto?

-El problema realmente es que ahora mismo

la gente no sabe que el plástico está haciendo tanto daño

como lo está haciendo.

Un ejemplo es el consumo que tiene un habitante por año.

Antes era de 300 g hace 50 años y ahora es de unos 120 kilos al año

y por persona.

Claro, esto genera una contaminación y, por otro lado,

todos esos residuos plásticos, van a parar a vertederos,

a los fondos oceánicos,

a millones de playas

donde los animales marinos lo comen

pensando que es alimentación y al final mueren de inanición.

Sabemos también que el plástico no es biodegradable

y durante cientos y cientos de años va a contaminar los mares,

las playas, los vertederos y el planeta general.

Esta cooperativa vasca acaba de abrir la primera tienda

on line en España de productos alternativos al plástico.

Nos muestran algunos de su almacén.

Sus responsables denuncian el uso indiscriminado del plástico

en productos de usar y tirar.

Sostienen que el 80% de los plásticos desechables

que usamos a diario se pueden sustituir

por otros materiales sin derivados del petróleo.

Desde la industria se están haciendo plásticos menos pesados,

envases con menos material, menos contaminantes.

Incluso plásticos biodegradables, ¿Cómo valoráis estas medidas?

Decir que un plástico es biodegradable, es mentira.

De hecho, sucede que hay casos en los que dicen que el plástico

es ecológico porque un porcentaje de esa botella

tiene sustancias naturales,

pero sigue siendo un plástico y sigue siendo no biodegradable

y sigue contaminando al planeta y a la salud.

Y a la vez, el plástico,

el 50% del plástico

está hecho de petróleo

y el otro 50, son aditivos entre los cuales

hay productos tan contaminantes y tan peligrosos como los ftalatos

o los etilenos o los pvc...,

Que son productos químicos que sabemos que son perjudiciales,

porque provocan cáncer o Alzheimer

y que están dentro de la composición del plástico.

Pero si son tan peligrosos estos plásticos ¿por qué se permiten?

Porque todas las leyes mundiales,

nos dicen que cualquier producto se convierte en veneno

cuando pasa un límite.

Obviamente, los productores de plástico, a nivel individual,

al sacar recipientes de forma individual, no pasan ese límite.

Lo que no nos dicen es que la suma de todos

esos productos químicos convierten todo en una bomba química

que nos vamos metiendo dentro.

El plástico se comporta en nuestro cuerpo

como cualquier metal pesado porque la naturaleza y nuestro cuerpo,

al ser un material sintético, no sabe cómo expulsarlo.

Entonces, va acumulando partículas de plástico en el cuerpo.

Todas nuestras células y nuestra sangre tienen plástico dentro.

En España se consumen 3 millones de toneladas de plástico al año.

El 30% de las cuales, corresponden a envases y embalajes.

Las acusaciones que hemos escuchado, parece no quitarle el sueño

a un sector que solo en nuestro país engloba a 4000 empresas

y que facturó en 2013, 23.000 millones de euros.

Visitamos una asociación que engloba a fabricantes

y transformadores del plástico para preguntarles

sobre los riesgos para la salud de este material.

Podemos estar totalmente tranquilos.

Hay unos organismos

de seguridad alimentaria

tanto a nivel europeo como español

que no solamente establecen y aplican

las más estrictas legislaciones en materia de contacto alimentario,

sino que también controlan.

Ninguna empresa puede comercializar ningún producto

sin haber declarado previamente, para su análisis y control,

cada una de las materias primas y de los aditivos que utiliza.

Si no, no se puede comercializar ningún producto.

¿Podemos estar, entonces, 100% tranquilos de consumir

cualquier cosa que haya sido transportada

en un envase de plástico? Totalmente.

Podemos estar tranquilos que los envases son totalmente seguros

desde todos los puntos de vista.

Teresa subraya también el enorme potencial del plástico reciclado

y los hitos que se ha marcado la industria

como lograr que en 2020,

ningún plástico acabe en los vertederos españoles.

¿Se están tomando medidas desde la industria del plástico

para reducir su impacto medioambiental?

Sí, sin duda. Invertimos dinero en investigación

para desarrollar nuevos productos de plásticos reciclados

que sean cada vez mejores y de mejor valor añadido

para que sean unos productos continuos en el tiempo.

¿Desde la industria, se están planteando

las consecuencias que tienen todos estos envases, sobre todo,

los de un solo uso, en el medio ambiente?

Las consecuencias dependerán del destino adecuado.

Es un problema terrible la sopa de plástico

que acaba en los océanos.

Ese problema tiene que ser solucionado,

desde nuestro punto de vista, desde la raíz.

Y acudir a la raíz del problema significa pensar

en por qué ha aparecido ese plástico en el océano.

Está muy claro que la raíz está en que hemos depositado

en tierra esos residuos. Sin embargo, la base de todo

este problema radica en que el plástico procede del petróleo.

Bueno, se están fabricando ya plásticos de origen renovables.

Es una realidad.

Pero además, el plástico convencional, el del petróleo,

poca gente sabe que estamos ahorrando más petróleo

porque estamos ahorrando combustible,

porque estamos ahorrando materia prima

que el que estamos empleando en la fabricación

de cada uno de esos artículos.

Con lo cual, aunque hayamos consumido petróleo

en la fabricación de cada una de las apliciones,

durante su uso, ya estamos ahorrando.

O sea, me está diciendo que se contamina menos

al producir plástico que al producir envases de cristal,

por ejemplo, de cartón... Sí, efectivamente.

Los tres parámetros básicos a nivel de impacto ambiental,

energía, en misiones y eficiencia de recursos,

en los tres, los envases de plástico consiguen mejoras sustanciales

a nivel medioambiental.

Las imágenes sobre el impacto de los residuos plásticos

hablan por sí solas.

Según un estudio de la Universidad de Georgia,

cada año se vierten al mar 8 millones de toneladas

de desechos de este tipo y eso es solo la punta del iceberg.

El informe alerta de que la contaminación marina

es peor de la que se aprecia en la superficie.

¿Y de este desastre somos responsables mayoritariamente

los consumidores?

En cualquier lugar del océano en el que tomes una muestra de agua,

encontrarás plástico.

Quien vende un producto, si lo envasa,

es porque gana dinero con el envase.

Y el comprador, si lo compra,

es porque le resulta más cómodo

llevar, las patatas o lo que sea,

bien envasadas que no comprarlas a granel.

Sin embargo, me parece más racional el prescindir de tanto envase,

ya sea papel, plástico, vidrio, el que sea, que no el acudir,

precisamente, a una cosa que le viene bien sin duda

tanto al comprador como al vendedor.

Otra cosa es que este estatus al que ha llegado la sociedad

se pueda mantener con estos costes medioambientales tremendos.

Compartimos con quien fue Premio Nacional de Medio Ambiente en 2000,

nuestra impresión de que todas las partes implicadas

en lo que parece una carrera desenfrenada por envasar,

tiran pelotas fuera, y todas caen en el campo del consumidor.

Sin educación, no hay nada que hacer. Nada.

Es la gran asignatura pendiente en muchos países, entre ellos, España.

Otra cosa es la Administración.

La Administración es la que tiene que disponer

de unas normativas para que estas cosas no ocurran u ocurran menos.

Pero que existan unas normativas no significa

que se lleven a la práctica.

Es función de la Aministración

el compromiso de llevarlas a la práctica,

no basta con tener las leyes.

En primer lugar, son las empresas,

que unas se benefician de los residuos

y otras se benefician de producir los residuos.

-Como consumidora, de parte de los gobiernos

lo que se haría es que se premie a los que generan poca basura

pero que a la vez que se penalice a las empresas y a los consumidores

que generan mucho.

Yo creo que hay que incentivar, de alguna manera,

a que la gente y las empresas y los productores,

envasen menos ya que si tiramos poco es mejor para todos.

Mira, vamos enseñar que en la casa sin envases también hay amor.

Nos reencontramos con Marión ahora que ya nos ha mostrado

cómo se organiza para prescindir de los envases de usar y tirar.

¿Realmente crees que esto es una opción mayoritaria,

una opción real para la mayoría de los consumidores?

Yo creo que todo el mundo puede hacer pequeños gestos

para vivir con muchísimos menos envases.

No es tan complicado y, al final, una vida un poco más sostenible y

con menos envases sí es posible por parte de muchísima gente.

¿Una vida con menos envases,

en un mundo en el que parece que se está embalando todo?

¿Seguro que depende de nosotros que este modelo económico

cimentado en el petróleo no se nos vaya de las manos

y se acabe convirtiendo en una pesadilla?

Quizás aquí, a muchos, aún les pueda parecer un sueño,

pero en Berlín acaba de abrir el único supermercado del mundo

que vende todos sus productos a granel.

Lo que no es un sueño, sino una realidad absoluta

es que la próxima semana llegará un nuevo "Escarabajo verde"

a vuestras pantallas.

Mientras tanto, recordad que estamos en facebook y en Twitter,

@marioescarabajo, que tenemos una página web con más contenidos

y que podéis ver nuestras fotografías en Instagram.

Nos vemos aquí, en La 2 en siete días. No faltéis, que pasamos lista.

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¿Los botes de zumo?

Los botes de plástico, como por ejemplo los de algunos zumos, suponen un problema similar al de los pañales a la hora de ser reciclados. En su interior se compone de diferentes materiales, lo que hace que sea prácticamente imposible de separarlo. Las alternativas pasan por los envases de cristal, los envases biodegrabales o fabricar nuestros zumos.

Muchos de ellos acaban en el retrete y, de ahí, van al mar

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¿Los bastoncillos para los oídos? 

Los bastoncillos para los oídos tienen el mismo problema: están compuestos por algodón y por plástico, lo que hace difícil su reciclado. Es más: estos bastoncillos no son recomendables para limpiar la parte del oído interno, y los especialistas recomiendan que basta con usar una toalla fina o un pañuelo de tela para mantener la higiene de los oídos.  Otra cuestión es que, al usar los bastoncillos en el cuarto de baño, muchos de ellos acaban 'desapareciendo' al tirar de la cadena y como son tan finos es muy fácil que escapen de los sistemas de filtración de aguas residuales y acaben en el río o en el mar. De hecho, es el objeto más encontrado en las playas del Mediterráneo, según Greenpeace.

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El objetivo: un diseño pensado en el futuro reciclaje  

La clave está en el diseño. El 80% de los impactos ambientales de cualquier producto se pueden evitar en la fase de diseño. Los envases pueden causar problemas ambientales, como ocurre en el caso de las bolsas de plástico. Por eso es importante diseñarlos desde un principio pensando en su posterior reciclaje. Aunque cada vez más empresas son conscientes de ello, todavía hay que trabajar más para incorporar el 'ecodiseño' en la fabricación de productos.
Otra parte de la responsabilidad recae en el rediseño de envases y embalajes para aprovechar mejor el producto. Del mismo modo, para mejorar nuestro ecosistema hay que trabajar en la eliminación de embalajes innecesarios, la eliminación de tintas o metales pesados en los envases, así como en el uso de materiales reciclados para elaborar nuevos productos.