La Mano Negra, ¿realidad o ficción?
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Actualidad Por Leticia Romero

La Mano Negra, ¿realidad o ficción?

Víctor Ros se enfrenta a un nuevo y enigmático enemigo. Está en todas partes, y en ninguna a la vez: la Mano Negra. Una sociedad secreta de tendencia anarquista, que en la ficción dará más de un quebradero de cabeza al inspector de la Metropolitana y a la Guardia Civil de Linares. Pero la duda que afrontamos ahora, es la de si realmente existió tal organización. Son muchos los historiadores que mantienen que en realidad fue una maniobra del gobierno de la Restauración apoyados por la prensa conservadora para reprimir la protesta de los jornaleros andaluces, y unos pocos, los que aseguran que tal grupo existió como organización clandestina. A continuación, analizamos las teorías, a menudo opuestas, de distintos expertos en el tema.
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¿Qué es la Mano Negra? 

Eduardo González Calleja, historiador y profesor de la Universidad Carlos III, la define como "sociedad secreta de resistencia campesina de ideología comunista que actuó en la zona de Jerez de la Frontera, y que se dedicó al asalto de cortijos, destrozo de cosechas y venganzas personales sobre confidentes y traidores". En cambio, para la historiadora argentina Clara Eugenia Lida "crear el fantasma de un anarquismo violento y tenebroso era una maniobra hábil para reprimir la protesta jornalera con el apoyo de un público temeroso ante truculentas amenazas de violencia social." Aquí, es dónde surge la polémica, pues muchos historiadores apoyan la teoría de Clara de que el gobierno aprovechó el miedo de los terratenientes y de las clases poderosas a la revolución campesina para crear o aumentar hasta el extremo las actuaciones de la Mano Negra. "Pertenecer a la Internacional, o a una de sus ramificaciones, era un drama realista que necesitaba título y se lo buscó terrible, significativo, sonoro, teatral: La Mano Negra…", subraya Antonio López Estudillo, profesor de Historia Económica en la Universidad de Girona. A la izquierda; artículo del diario español 'El Siglo', escrito por Mauro Armiño sobre el libro de Juan Madrid: 'La Mano Negra. Caciques y señoritos contra los anarquistas' (23/11/1998). Una demostración más de que a día de hoy todavía existen dudas sobre la existencia de dicha organización. 

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¿A quiénes le interesaba su existencia?

Para López Estudillo, los principales beneficiarios de que existiese la Mano Negra fueron: los jefes policiales, los patronos gaditanos en la medida en que se dictaron condenas a muerte, los partidos conservadores que consiguieron restar legitimidad a sus rivales, y los periódicos, que seguramente lograron ventas extraordinarias.

El investigador y profesor de la UNED, Ángel Herrerín López, cree que las verdaderas beneficiarias fueron las propias organizaciones clandestinas, porque así tenían la justificación para seguir manteniendo su actividad. Al contrario que su compañero de profesión, González Calleja, quien mantiene que fue especialmente útil para el Gobierno "como espantajo susceptible de ser agitado para justificar la represión del movimiento anarco-comunista”. (A la izquierda; Víctor Ros pregunta a los jueces por La Mano Negra.)

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¿Fue el hambre la causa de sus acciones?

Hay que partir de la base de la profunda miseria en que vivía el campesinado andaluz en esa época, con unos salarios de hambre. Lo que daba lugar a continuos levantamientos, explica Herrerín López.

Sin embargo, López Estudillo defiende que el hambre conduce a la depresión y no a la revolución. "En general los trabajadores de la época tenían hambre de mayor justicia social. Demandarían trabajo y alimentos por justicia y se esforzarían por hacerlo con dignidad." Argumento que comparte E. Lida, desplazando la culpa a los gobernantes: "El gobierno no actuó por miedo a las multitudes hambrientas, sino por miedo a las organizaciones de carácter social e ideología revolucionaria". La represión que aplicó el gobierno de esos años hacia las florecientes clases trabajadoras para infundir el miedo en la opinión publica, fue según muchos de los historiadores entrevistados "desproporcionada".

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El reglamento de la Mano Negra, ¿verdadero o falso?

Un oficial de la Guardia Civil elaboró un informe que iba acompañado del reglamento de una sociedad secreta revolucionaria y muy violenta, llamada la Mano Negra, a la que se le atribuían los actos violentos que se producían en el campo andaluz. El comandante Pérez Monforte afirmó haber encontrado dicho reglamento debajo de una piedra…

“El famoso reglamento, no se trataba de un solo documento sino de dos, correspondientes a dos organizaciones distintas. De modo que lo único cierto es que alguien redactó una vez un tenebroso reglamento para una sociedad secreta, pero no hay pruebas de que llegara a funcionar y no hay el menor indicio de que existiera en 1882”, explica Juan Avilés Farré, catedrático del departamento de Historia Contemporánea de la UNED.

Ángel Herrerín López también duda de la veracidad de estos documentos y se apoya en la opinión del resto de historiadores: “para algunos esos documentos fueron escritos por esas sociedades secretas, mientras que para otros fueron escritos por los propias fuerzas del orden.” Según Lida las fechas no terminan de cuadrar: "Lo más probable es que se utilizara un documento redactado a finales de la década de 1870, 'La Mano Negra. Reglamento de la Sociedad de Pobres contra sus ladrones y verdugos. Andalucía', cuando el asociacionismo estaba proscrito, para hacerlo aparecer como si fuera de 1882-83". (A la izquierda; la recreación de los estatutos de la Mano Negra, hecha por los grafistas de la serie.) 

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¿Cuáles fueron las consecuencias de sus actos?

A finales de 1882 se producen números arrestos, en Jerez por ejemplo eran encarcelados 60 trabajadores por asociación clandestina. “La Mano Negra fue crucial para conseguir el escarmiento ejemplarizador que persiguió el gobierno de Cánovas, ” recalca López Estudillo. Y por otra parte la justicia, que también se dejó llevar por el temor a unos “peligrosísimos revolucionarios”, y que en función a sus intereses y al de los terratenientes condenó a muerte a mucha gente inocente.

Herrerín López quiere dejar claro que algunos arrestados aceptaron su militancia en la FTRE, aunque debido a lo común que eran las torturas en la época, estas declaraciones hay que ponerlas en entredicho. Por otro lado, como es lógico, la FTRE negaba su implicación en los hechos.

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Mito

“No hay tal Mano Negra, ni jamás la hubo, ni se probó su existencia ante los tribunales, ni en ella cree autoridad alguna” (La Revista Social, 21/2/1884, órgano de la FTRE). Por lo tanto, la Mano Negra fue un mito, señala Juan Avilés Farré.

Realidad

En 1883 se efectuaron varios procesos con pruebas incriminatorias, saldados con 15 condenas a muerte, de las que se ejecutaron seis el 14 de junio de 1884. Según Antonio Herrerín López, la Mano Negra existió en realidad: “Fue una de esas organizaciones clandestinas que formó la FRE.”

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