La política brasileña pasa por
una situación "caótica" tras la destitución de Dilma Rousseff, según la doctora en Sociología y profesora de la Universidad Federal de Sao Paulo, Esther Solano. "Nunca hubo tanta disparidad de género, hay un voto más progresista y una cuestión de voto muy importante es la diferencia de voto entre entre pobres y clase media [entre norte y sur del país]", explica. Desde la caída de la dictadura en Brasil en 1985, el Gobierno se ha alternado entre dos partidos y, de hecho,
"los cuatro candidatos" principales han sido ministros con Lula. Son "como una familia que se va repartiendo [el poder]", señala Ayuso.
Esta polarización clásica del país "siempre fue entre el PT y el PSD pero ahora se ha reconfigurado", señala Solano. Entre los motivos destacados por los analistas, el desgaste del PT, "natural porque estuvo mucho tiempo en el poder y eso genera un movimiento de rechazo por parte de la sociedad", matiza el investigador del Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca, Rodrigo Rodríguez. Además, la estrategia adoptada por el PSD y otros partidos "aceleró y profundizó este proceso generando una crisis política más severa, vino acompañado de una serie de manifestaciones por parte de ciertos grupos más alineados a la derecha que defienden una postura más liberal en contra del PTismo", destaca.
El real brasileño ha sufrido varias caídas ante la inestabilidad política de
un país donde se teme que la extrema derecha liderado por Jair Bolsonaro consiga hacerse con el voto contra el hartazgo de la sociedad.