La Copa del Rey de baloncesto, organizada por la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto), es el primer trofeo de la temporada o segundo si se cuenta la Supercopa, previa al inicio de la Liga regular. La disputan ocho equipos en tres rondas a partido único: cuartos de final, semifinales y final.
La sede es rotatoria y otorga la plaza a un equipo anfitrión. Los otros siete salen de la clasificación de la Liga regular al término de la primera vuelta, es decir, en la jornada 17. Gracias a este formato y al hecho de disputarse a partido único, concentrado en los cuatro días de competición, el torneo goza de un atractivo especial.
Las ocho aficiones conviven durante esos días en un ambiente festivo, ya que para algunos equipos el mero hecho de clasificarse es todo un premio. Si a eso se une que el formato amplía las opciones de dichos equipos de llegar a la ansiada final, la alegría es mayor.
Sin embargo, la historia reciente demuestra que los grandes están dejando poco margen para las sorpresas. El binomio Madrid-Barça ha venido repartiéndose los títulos durante la última década, ambos llegan como primeros clasificados de la Liga, en orden inverso, y los culés defienden el título logrado un año antes, precisamente frente a su eterno rival.
Por detrás, equipos históricos como el Baskonia, el Valencia o el Joventut, aunque solo los vitorianos lo hacen como cabezas de serie. El cuarteto de favoritos lo completa un Iberostar Tenerife que alcanzó la cuarta plaza en una emocionante 17ª jornada, relegando a la quinta plaza a otro a priori favorito como Unicaja de Málaga.
El octavo equipo es el que ocupa la plaza de anfitrión, el Estudiantes. Al estar el Madrid clasificado por vía directa, los colegiales arrebataron al Fuenlabrada la plaza como segundo equipo de la capital de España.