Un apretón de manos histórico en Singapur
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Actualidad Por RTVE

Un apretón de manos histórico en Singapur

La cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un ha ofrecido más gestos que acuerdos concretos, aunque constituye un punto de partida para intentar resolver el último conflicto de la Guerra Fría.
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Una cumbre milimetrada

Hasta en cuatro ocasiones se han estrechado la mano Trump y Kim: el gesto de reconciliación, tras meses de insultos y reproches cruzados, era el mensaje más importante que pretendían lanzar. Se les ha notado algo nerviosos y contenidos,conscientes de la relevancia del encuentro, el primero entre dos líderes de ambos países.

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Los puntos del acuerdo

La declaración conjunta firmada por Donald Trump y Kim Jong-un habla de una "cumbre histórica" y, en su preámbulo, establece los términos generales del acuerdo: "El presidente Trump se comprometió a proporcionar garantías de seguridad a la República Popular Democrátrica de Corea y el presidente Kim reafirmó su firme e inquebrantable compromiso de completar la desnuclearización de la península de Corea". Por lo demás, se suscriben cuatro puntos.
Nuevas relaciones
Estados Unidos y la RPDC se comprometen a establecer nuevas relaciones de acuerdo con el deseo de paz y prosperidad de los pueblos de los dos países.
Buscar la paz
Estados Unidos y la RPDC unirán sus esfuerzos para construir un régimen de paz duradera y estable en la península de Corea. 
Desnuclearización
Reafirmando la Declaración de Panmunjom del 27 de abril de 2018, la RPDC se compromete a trabajar por la completa desnuclearización de la península de Corea.
Prisioneros de guerra
Estados Unidos y la RPDC se comprometene a recuperar los restos de POW/MIA [prisioneros de guerra y desaparecidos en combate], incluyendo la inmediata repatriación de aquellos ya identificados.

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Todos ganan..., por ahora

Con la reunión, Kim Jong-un pasa en el concierto internacional de ser un dictador loco, un paria, a situarse como un interlocutor válido, que negocia cara a cara con Estados Unidos. Trump, por su parte, obtiene un logro diplomático sin apenas concesiones y rebaja la tensión en una región que parecía al borde de la guerra: "En siete meses no ha habido un misil, o una explosión nuclear", ha recordado. Pero más allá del símbolo, no hay avances concretos.

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Expectación mundial

Todos los ojos del mundo estaban pendientes de Singapur, aunque quizás en ningún lugar se ha seguido con tanto interés como en Corea del Sur: el Consejo de Ministros del Gobierno se ha retrasado para seguir los acontecimiento y los ciudadanos aprovechaban cualquier televisor para informarse, aunque fuera en medio de una estación de Seúl, como  en la foto (AFP).

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Muchas incógnitas de cara al futuro

El acuerdo firmado no hace referencia a ninguna medida concreta: no hay fechas establecidas para negociar, ni para el plan de desnuclearización de Corea del Norte; tampoco se menciona qué ocurrirá con las sanciones internacionales, ni se detallan las garantías que Washington habría ofrecido a Pyongyang sobre la supervivencia del régimen norcoreano. Todo queda pendiente de las futuras conversaciones, lo que dibuja un tablero similar al de ocasiones anteriores: Trump está con Kim en el mismo punto que Bill Clinton con su padre, Kim Jong-il, a mediados de los 90. Lo más difícil empieza ahora.