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Tetracampeonas de Europa
España es campeona de Europa por cuarta vez, y por cuarta vez lo hace venciendo a Francia en la final. Revalida así su título de 2017 y se convierte en la primera selección en repetir dicho éxito desde que se extinguiera la URSS (que logró la friolera de 17 seguidos).
Estamos ante,
tal vez, el mejor equipo femenino de la historia; al menos de la historia de nuestro baloncesto. Un grupo unido, un bloque reconocible por profesionales y aficionados, que pide paso en un mundo tradicionalmente dominado por hombres, como ocurre en otros tantos.
Y lo ha logrado, además, con un estilo propio y jugando a un baloncesto de altura. No en vano es
la segunda mejor selección del ranking mundial, superada solo por la (hasta ahora) inalcanzable Estados Unidos. Aunque las diferencias en ese puntos se van recortando cada vez más.
Oros o platas al margen, la final de este domingo supone un hito más en la racha de un equipo de leyenda. La selección que dirige Lucas Mondelo lleva siete podios consecutivos en distintas competiciones desde que el barcelonés está en el banquillo: tres oros y un bronce europeos, plata y bronce mundiales, y plata en los Juegos de Río 2016.
Antes de la llegada del técnico, que también dirige al Kursk ruso, se había logrado un oro en el Eurobasket de 1993, también contra Francia, y cuatro bronces (2001, 2003, 2005 y 2009) más un bronce mundial en 2010, nada desdeñables.
Queda la incóginta de saber qué pasará en el futuro, quién tomará el relevo de jugadoras como Laia Palau, Anna Cruz, la ausente Alba Torrens o Laura Nicholls, por mencionar algunas de las que ya superan o tienen cumplida la treintena. Pero el dulce sabor del momento no se lo quita nadie a esta plantilla