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¿Cómo nos ha afectado el reglamento?
El reglamento internacional tiende progresivamente a valorar más los aspectos técnicos que los artísticos a la hora de puntuar los ejercicios de natación sincronizada, en un intento por dotar de la máxima objetividad a las notas e intentar ser así más justos con las calificaciones.
España, sin embargo, sale mal parada con este cambio porque nuestro punto fuerte históricamente siempre ha sido la expresión artística, un aspecto en el que destacan especialmente Gemma Mengual y Ona Carbonell, ambas subcampeonas olímpicas tanto en dúo como por equipos. Hoy solo han podido lograr la quinta plaza en la final.
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¿En qué ha fallado el dúo español?
Gemma Mengual, que regresó a la competición hace solo 10 meses para representar a España en Río tras casi 4 años retirada, y Ona Carbonell, líder del equipo y 13 años más joven que Mengual, arrancaron su competición en Río con algún fallo en el ejercicio libre del primer día. Esa fue la primera impresión que tuvieron los jueces del ejercicio de las españolas y ésta puede haber pesado en la imagen general y crear así una tendencia en la mirada de los jueces sobre el equipo.
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¿En qué ha destacado España?
En el ejercicio técnico, Ona Carboenell y Gemma Mengual han buscado realizar un trabajo muy novedoso en cuanto a la coreografía. Eso es muy valorado en el seno del mundo de la sincro porque aporta un plus pero consumen una mayor cantidad de energía física y lograr la perfección en los elementos técnicos se hace más arduo.
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¿Por qué Japón ha ganado el bronce?
Japón está invirtiendo muchos recursos en la natación sincronizada para hacer un gran papel en Tokio 2020 y eso se ha notado en el centro acuático María Lenk de Río. La entrenadora del dúo nipón, Masayo Imura, repescada tras llevar a China a la plata mundial, está avalada por una gran trayectoria. Además de su trabajo, el prestigio ha podido mediatizar a los jueces, más dispuestos a darles buena nota.
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¿Cuál ha sido el equipo revelación en Río?
Ucrania ha logrado por primera vez superar a España en la final olímpica desde Atenas 2004. Las ucranianas eran físicamente muy parecidas a las rusas pero en su trabajo solía haber muy poca innovación creativa. Ahora que tienen como coreógrafa a Anna Tarrés, que es muy fuerte en ese aspecto, han mejorado esa parte, lo que les ha servido para conseguir mejor puntuación y quedar por delante de España.