Stephen Hawking fue un
físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador. A los 21 años le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y le pronosticaron 2 años de vida. La enfermedad fue avanzando y con el paso del tiempo llegó a estar prácticamente paralizado.
Ha vivido durante más de 4 décadas en una silla de ruedas y tuvo que comunicarse a través de un aparato que reproducía su voz: un sensor de movimiento en sus gafas le permitía seleccionar letras y palabras predictivas en un software que reproducía su voz.
Su vida fue un desafío continuo, pero ninguno supuso un impedimento para indagar en los secretos del universo.
De hecho, algunos colegas de profesión de Hawking apuntan que fue la paralización de sus extremidades lo que le empujó a desarrollar una nueva forma de visualizar los problemas en su mente para buscar soluciones sin necesidad de escribir ecuaciones y fue precisamente esa manera creativa de pensar le permitió alcanzar sus grandes descubrimientos.